¿Comprar coche eléctrico en 2025? Claves para decidir

La movilidad eléctrica es una realidad cada vez más presente y que a estas alturas ya no va a dar marcha atrás, pero antes de dar el paso de comprar un coche eléctrico en 2025, conviene analizar si un coche eléctrico se adapta a tu estilo de vida.

Esta decisión no solo depende del precio del vehículo que ya en los últimos meses se está equiparando bastante al precio de un coche gasolina, sino también de tu forma de conducir, tus hábitos de carga y, por supuesto, del coste de la energía.

¿Qué tipo de trayectos haces?

Uno de los factores más importantes es la proporción entre trayectos cortos y viajes largos. Para la mayoría de conductores, el 80 % de los desplazamientos diarios se concentran en recorridos cortos (ir al trabajo, hacer la compra, moverte por la ciudad). En estos casos, un coche eléctrico cubre las necesidades sobradamente, especialmente si tienes la posibilidad de cargar en casa.

El otro 20 % son viajes más largos, donde entra en juego la autonomía real del vehículo y la infraestructura de carga. Aquí es donde muchas personas sienten inseguridad: ¿y si me quedo tirado? Hoy en día, la red de cargadores rápidos crece a buen ritmo, pero sigue siendo esencial planificar los viajes.

Cargar: ¿en casa o en la calle?

Aquí está la gran diferencia frente a llenar un depósito de gasolina. Cargar en casa con un enchufe normal (schuko) puede cubrir la mayoría de los desplazamientos diarios, aunque lo ideal es instalar un punto de carga para mayor velocidad y seguridad.

Esto nos obligará en la mayoría de los casos a un aumento en la potencia contratada de nuestra casa o lugar donde vayamos a cagar el coche, si tenemos bien ajustada la potencia seguramente deberíamos aumentar entre 2 y 4 kW contratados.

Para quienes tienen instalación fotovoltaica en casa, la ecuación cambia por completo: puedes cargar tu coche con energía solar prácticamente gratis durante el día, reduciendo el coste por kilómetro a mínimos históricos.

Este video corto te ayudará a entender mejor las cargas de un coche eléctrico:

En cambio, depender de cargadores públicos implica:

  • Descargar varias aplicaciones: Cada cargador tiene su aplicación y tendrás que tener instaladas la mayoría de las aplicaciones de los sitios donde más acudas a cargar. Además si llegas a un nuevo cargador que no tienes la aplicación tendrás que instalara lo que te llevará un tiempo.
  • Dar de alta tarjetas de pago: En todas o la mayoría de las aplicaciones que des de alta en tu dispositivo tendrás que introducir tu tarjeta de crédito, en algunos de los casos tendrás hasta que efectuar un pago inicial a modo de recarga de saldo.
  • Planificar rutas con anticipación: Tendrás que planificar bien donde y cuanto tiempo vas a parar a cargar el coche en cada cargador, sobre todo en trayectos largos.

En este punto, las marcas con red propia (como Tesla) llevan ventaja por la simplicidad del proceso. Pero para trayectos largos, la clave es la planificación.

Coste y ahorro frente a la gasolina

Comparar repostar en una gasolinera con cargar un eléctrico en casa no tiene color, pero la diferencia de cargar un coche en cargadores públicos y repostar gasolina en una gasolinera ya no es tan atractiva:

Llenar un depósito de gasolina (50 litros a 1,60 €/l) ronda los 80 €.

Cargar un coche eléctrico en casa con tarifa nocturna o tarifa de coche eléctrico puede costar menos de 8 € para recorrer 400 km.

Con autoconsumo fotovoltaico, el coste puede ser prácticamente 0 €.

Cargar un coche en un cargador público puede costarte de 20 a 40 euros según la tarifa del cargador, lo que trasladado a km iguala bastante con la gasolina.

Respecto al coste del vehículo es cierto que un coche de gasolina te cuesta mucho menos, pero si a esto le sumamos los mantenimientos y reparaciones que llevan cada uno podemos llegar a empatar en según que modelos.

Además, las ayudas como el Plan MOVES, impuestos de matriculación, impuestos de circulación y tarifas de aparcamiento en zonas de pago, son factores que inclinan la balanza.

¿Y el estilo de conducción?

Conducir un coche eléctrico no significa renunciar al confort ni a las prestaciones; al contrario, muchos modelos ofrecen una aceleración instantánea que supera a la de vehículos de combustión similares, gracias al par motor disponible desde el primer momento. Además, la conducción es más silenciosa y suave, lo que aporta una experiencia más relajante tanto en ciudad como en carretera.

Sin embargo, la autonomía final depende en gran medida del estilo de conducción. Anticipar frenadas y aprovechar la frenada regenerativa es clave para recuperar energía y alargar los kilómetros disponibles. Mantener una velocidad constante, evitar aceleraciones bruscas y seleccionar modos de conducción eficientes (ECO o similares) también puede suponer diferencias de hasta un 20 % en la autonomía.

En resumen, conducir un eléctrico no implica cambiar radicalmente tus hábitos, pero sí adoptar una conducción más consciente y eficiente para sacarle el máximo partido.

¿Entonces merece la pena?

En una escala del 1 al 10, siendo el 10 la mejor puntuación, si realizas trayectos diarios moderados, tienes posibilidad de cargar en casa, cuentas con paneles solares y puedes planificar viajes largos ocasionales, el coche eléctrico es sin duda un 10.

Por el contrario si no tienes posibilidad de cargarlo en casa y realizas viajes largos muy frecuentemente tu puntuación sería de 1, no solo no te saldría rentable un coche eléctrico, sería para ti un dolor de cabeza.

Comprar coche eléctrico en 2025

También para saber si comprar un coche eléctrico en 2025, dependerá muchísimo de los km que hagamos a lo largo del año, la diferencia del precio inicial se va compensando a lo largo de los años con más o menos rapidez, como podemos ver en la gráfica el punto de conexión entre las lineas se acerca mucho en kilometrajes más grandes.

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