El coste de la electricidad fluctúa a lo largo del año, y uno de los patrones más notables es el aumento de los precios durante los meses de verano. Existen varias razones que explican esta tendencia, las cuales abarcan desde el incremento de la demanda hasta factores relacionados con la oferta y la infraestructura.
A continuación, se detallan los principales motivos por los cuales la electricidad es más cara en verano que en invierno.
1. Mayor Demanda de Electricidad
Durante el verano, el uso de aire acondicionado y sistemas de refrigeración aumenta considerablemente. En climas cálidos, la demanda de electricidad puede dispararse debido a la necesidad de mantener los espacios interiores frescos y confortables.
Esto desequilibra la balanza entre la oferta y la demanda, debiendo el sistema de conseguir mucha más generación para equiparar la demanda energética a la actual generación de energía.
2. Capacidad de Generación
Debido a la escasez de viento y agua, que son dos de las fuentes de generación más influyentes a la hora de reducir el precio por el que pagamos la energía, nos encontramos situaciones donde otras fuentes de generación como el gas, carbón, petroleo, etc, deben cubrir esa mayor demanda energética del verano.
Al tener estas un coste mucho más elevado tanto a la hora de generarse como de pagar canones y tasas, vemos aumentar el precio y no siempre exponencialmente o gradualmente.
3. Mercados secundarios
Por culpa de una mayor inestabilidad en el clima el regulador del sistema eléctrico se ve obligado a ejecutar actuaciones en mercados secundarios para ajustar la demanda y mantener la estabilidad en las redes de transporte de energía.
Esto deriva también en un mayor coste debido en parte a que esos ajustes se repercuten en el precio final de la energía.
4. Tarifa contratada
Hay que diferenciar entre que la energía resulte más cara en los meses de verano, a que simplemente paguemos más en la factura de la luz resultado de consumir mucha más energía, debido mayormente al calor o la sensación térmica.
En el primero de los casos veremos afectado nuestro precio si tenemos contratada una tarifa indexada de luz, pero además veremos también aumentado el consumo por lo que esto puede traducirse en una factura más elevada en estos meses, ajustándose a mínimos en los siguientes 10 meses del año.
En el segundo de los casos solo veremos subir nuestro consumo pero no el precio, por lo que también veremos aumentar el importe de la factura de la luz, debido exclusivamente al comentado aumento de consumo por el calor o sensación térmica.
Conclusión
El aumento en los precios de la electricidad durante el verano es el resultado de una combinación de factores relacionados con la oferta y la demanda, la capacidad de generación, los costes del gas y las condiciones meteorológicas. Entender estos factores puede ayudar a los consumidores a planificar mejor su uso de electricidad y a considerar medidas de eficiencia energética para mitigar el impacto de los altos costes en sus facturas de luz.
No es necesario volverse locos tratando de ahorrar cada céntimo. Es crucial mantener una buena sensación térmica y calidad de vida. Utilizar el aire acondicionado y los ventiladores de manera eficiente puede ayudar a crear un ambiente confortable sin disparar los costos de electricidad.
Ajustar la temperatura a un nivel razonable, utilizar ventiladores de techo para complementar el aire acondicionado y cerrar las persianas durante las horas más calurosas del día son estrategias que pueden contribuir a mantener la frescura del hogar sin sacrificar el bienestar.